Mostramos una reflexión del Dr. Santiago García del Valle; jefe de servicio de la Fundación Alcorcón sobre la situación actual de la sanidad pública en nuestra comunidad, que queramos o no, siempre afectará a toda la sanidad.
Publicada por AnestesiaR. el 26 de nov
El pasado día 31 de octubre, a las 15:00 de un día laboral previo a uno festivo, se hizo público el llamado “PLAN DE MEDIDAS DE GARANTÍA DE LA SOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO DE LA COMUNIDAD DE MADRID”.
En dicho documento se expone que la brutal crisis económica que atraviesa España, unida a la deficiente financiación autonómica, ha situado a los responsables de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid (CM) en la encrucijada de tener que elegir una de las siguientes dos opciones: o bien recortar servicios y prestaciones, o bien diseñar un plan de “medidas efectivas” encaminadas a reducir el coste. En cualquiera de los dos posibles caminos a tomar se pone como condición ineludible el no alterar los principios básicos y fundamentales que sostienen el sistema sanitario: universalidad, gratuidad, equidad, calidad y respeto hacia el trabajo de los profesionales sanitarios.
Los objetivos del plan se enumeran con suficiente claridad como para no ser entendidos: ahorrar, mantener la calidad asistencial, mejorar la eficiencia y diseñar estratégicamente nuestros recursos humanos.
Llegados a este punto de nuestra historia, nacional y autonómica, y situándonos en el contexto social, económico y financiero actual, es probable que una buena parte de los ciudadanos de la CM nos decantásemos por el camino de la mejora en la eficiencia del sistema antes que perder cualquier prestación sanitaria asistencial por parte del sistema. Como ciudadanos, lo que pedimos a nuestros dirigentes en todos los servicios del estado es que apliquen medidas encaminadas a conseguir la mayor eficacia con la mejor eficiencia. Partiendo de estas premisas, y obviando el lamentable espectáculo y comportamiento ético y profesional que muchos de nuestros políticos han ofrecido en los últimos años, desde el punto de vista del ciudadano parecería muy razonable la estrategia planteada.
La lista de medidas a implementar es la siguiente:
1. Externalización de la actividad sanitaria en 6 hospitales, utilizando el modelo de concesión. Esta medida afecta a Hospital Infanta Leonor (Vallecas), Infanta Sofía, Infanta Cristina, Hospital del Henares, Hospital del Sureste y Hospital del Tajo.
2. Concesión de la prestación de la asistencia sanitaria de Atención Primaria de un 10% de los Centros de Salud, dando prioridad en su gestión a la participación de los profesionales sanitarios que quieran constituir sociedades.
3. Externalización de servicios no sanitarios.
4. Transformación del Hospital de La Princesa en un hospital de alta especialización para la patología de las personas mayores.
5. Transformación del Hospital Carlos III en un hospital de estancia media.
6. Reducción del gasto medio por receta farmacéutica.
7. Implantación de la tasa de un euro por receta.
8. Incremento de las actividades de la central de compras.
9. Retraso en la apertura del Hospital de Collado Villalba.
10. Reordenación de la actividad de los profesionales en los hospitales.
11. Jubilación de profesionales mayores de 65 años.
12. Concentración de laboratorios para aprovechar economías de escala.
13. Concentración de la complejidad.
Ni tengo capacidad ni conocimiento ni, mucho menos, el suficiente ánimo como para analizar la eficacia, eficiencia, efectividad y pertinencia de cada una de las medidas anteriores. Simplemente me gustaría transmitir mi estupor y perplejidad por como una serie de medidas de enorme trascendencia para toda la sociedad en su conjunto, no han sido antes presentadas, discutidas, analizadas y consensuadas con todos los colectivos que conforman el tejido sanitario madrileño. Lo que resulta inconcebible es cómo nuestros dirigentes sanitarios hacen públicas estas medidas sin que lo colegios profesionales estuvieran, al menos, informados del contenido del plan. Y no sólo los colegios, sino los directores de los centros afectados, los jefes de servicio, los representantes de las sociedades científicas e, incluso, los representantes de los ciudadanos de los diferentes municipios de la Comunidad Autónoma de Madrid (ni siquiera la alcaldesa de Madrid conocía el plan).
Por todo ello, y siendo ésta una opinión personal y no institucional, me resulta un plan oscurantista y poco trasparente. Desconozco, ¿alguien lo sabe?, si el plan y las medidas en él incluidas, está basado en una serie de datos, resultado de un análisis pormenorizado de la situación, o es fruto del pánico inducido en nuestros gobernantes por el escenario de crisis cuando no de clichés trasnochados o, incluso, de intereses espurios.
Por todo ello, de entrada, me opongo a muchas de las medidas planteadas por la Consejería y me opongo, no por ser esa mi actitud vital, sino por ser el punto final de una reflexión sosegada, ya que no hemos podido disponer de una sola prueba, cifra o dato sobre la que se sustentan las medidas incluidas en el programa.
Afortunadamente, parece que los representantes del Hospital de La Princesa han llegado a un acuerdo con la Consejería de Sanidad, lo cual es una gran noticia para todos los compañeros y amigos que allí trabajan y que pone de manifiesto la improvisación mostrada por la Consejería que, a los pocos días de presentar la medida, modifica de manera sustancial muchos de los puntos inicialmente incluidos. ¿No se podía haber recorrido antes todo este camino de información y negociación con directores, jefes de servicio, trabajadores, vecinos, etc.? Los compañeros de La Princesa han podido sentir el apoyo de ciudadanos y compañeros de profesión (más de 300.000 firmas recogidas) y deberían sentirse satisfechos por ello.
Sin embargo y aunque se pueda considerar un éxito la rectificación en el caso del hospital de La Princesa, queda por resolver el punto más importante, a mi juicio, de las medidas planteadas: el de la “Externalización de la actividad sanitaria” que de momento afecta a 6 hospitales pero que es muy probable que, si se permite su implantación actual, se extienda en el futuro por el resto de hospitales y otros servicios sanitarios, no solo de la red pública madrileña sino, posiblemente, del resto del estado español. En el documento se afirma que este modelo de organización “ha demostrado que es más eficiente, da buenos resultados clínicos y alta satisfacción a los pacientes”. Esta tajante afirmación, quizás cierta, quizás errónea, está basada de nuevo en una opinión, en clichés trasnochados y en prejuicios de los actuales dirigentes y deberían presentar algún dato que avale tan tajante afirmación. ¿Cómo es posible que hace muy pocos años se presumiese del sistema sanitario español en el sentido de ser una estructura que daba las máximas prestaciones con el menor porcentaje de PIB invertido en el sistema?; ¿cómo ha cambiado esto en sólo 3 años?.
Nuestro sistema sanitario se ha construido con el esfuerzo de toda la sociedad a lo largo de muchos años. Una gran parte de los sanitarios madrileños, entre los que me incluyo, pensamos que antes de poner parte de él en manos de empresas cuya legítima aspiración es la obtención de beneficios, la Consejería debería hablar con todos los actores representantes de la sanidad, exponer la situación en la que se encuentra nuestra red sanitaria, hacer públicos los objetivos presupuestarios que debemos cumplir y, a partir de aquí y con la ayuda y opinión de todos, diseñar un plan que permita identificar los puntos de ineficiencia (algunos son bien visibles), hacerlos públicos y notorios y consensuar las medidas necesarias para hacer un sistema eficiente y sostenible del que la sociedad madrileña sea la única beneficiaria.
Reconozco que no tengo más que un conocimiento superficial y disperso de lo que ocurre en otras Comunidades Autónomas de España y a ese respecto, os animo a todos a manifestar cual está siendo vuestra experiencia
Fdo: Santiago García del Valle
Jefe de Unidad de Anestesia y Reanimación,
Hospital Universitario Fundación Alcorcón.
Presidente de SAR Madrid.
Director de la Revista electrónica de AnestesiaR.
Declaro la posible existencia de conflicto de intereses por mi puesto de trabajo dentro del ámbito de la sanidad pública de la CM.